Este naipe simboliza la autocracia femenina, el matriarcado, la maternidad, la responsabilidad social y familiar de la mujer, su creatividad y realizaciones su sentido protector; de ahí que la figura de La Emperatriz parezca la de una matrona en su trono, una mujer en estado de buena esperanza, representación de la maternidad responsable.
Con la mano izquierda sostiene el cetro de la cruz Ankh (la de la Vida) como símbolo de la transformación de los fluidos vitales de la persona y del cosmos hacia lo positivo o creativo. Y con la diestra sostiene (o se apoya, según el tipo de Tarot) en un escudo que lleva grabada o pintada un águila, que representa la autoafirmación de su personalidad, sus miras elevadas, sus altos objetivos, sus deseos de encumbramiento, el altísimo vuelo de su espíritu, su búsqueda del poder y sabiduría responsables; es la expresión fecundante de su alma. Al mismo tiempo, el cetro y el escudo expresan su autoridad en la familia y sociedad, su alta alcurnia, su nobleza su sentido del deber.
Además, en algunos Tarots uno o dos pies de La Emperatriz se posan sobre una Luna (o la pisan), lo que viene a significar que domina sus emociones, que no deja que los sentimientos ofusquen su mente, que autocontrola sus propias emociones y rechaza la parte alocada de su propia naturaleza femenina, por lo que puede considerarse que esa Luna es la parte sexual negativa conocida como Luna Negra o Lilith. Es decir, que La Emperatriz lucha porque los arrebatos sexuales o mentales no entorpezcan su creatividad o responsabilidades.
Las dos alas que aparecen en algunos Tarots como en el español personifican su alta dosis de espiritualidad, de ideas elevadas y de inspiración divina.
Por otro lado, el número 3 que la distingue también tiene su significado especial. Lo masculino y los deseos de El Mago (arcano I) y lo femenino y memoria de La Sacerdotisa (arcano II) suman 3, o sea, que se unen para generar un crecimiento a través de la imaginación y potencia creadoras. El arcano III simboliza, pues, la actividad que hay detrás de toda manifestación. Es el crecimiento, desarrollo, expansión, libertad, germinación, incubación, fermentación, generación, fecundación…
Es por ello que el arcano de La Emperatriz representa el esplendor propio y material. la fortuna o fama a través de realizaciones personales y profesionales, las iniciativas, la responsabilidad profesional y familiar, las fuertes ambiciones, el poder, la riqueza, la influencia social. el dinamismo, el señorío, el orgullo de la propia valía, la búsqueda u obtención del bienestar y el confort, la pompa, el ornamento, el lujo, el refinamiento, la elegancia, la alta costura, el arte y la belleza…
Asimismo, es un naipe que señala proyectos elevados, fertilidad o fecundidad (tanto en ideas, proyectos, beneficios, creatividad artística o literaria como en maternidad), visión concreta de los hechos o problemas, fuerza de decisión, capacidad para los negocios y para solucionar problemas, elegancia para sortear asuntos espinosos, afán de superación y evolución, dotes de mando, autocracia, deseos de imponerse a los demás o de dirigirlos, ansias de encumbramiento, perspicacia empresarial, sagacidad para lo social y comercial sentido de protección para la familia, empleados o subordinados, necesidad de sobresalir en su medio ambiente social, capacidad para progresar o mejorar cualquier empresa o proyecto.
Representa, muchas veces, a la empresaria, mujer de negocios o con carrera, activista política, mujer dominante o con influencia (casada con jefe militar, juez, político, senador, ministro, etc.), madre, suegra, esposa, madrastra jefa de carácter fuerte y autoritario… Además, es una carta que puede representar a la misma consultan te, a la madre, esposa, hermana, hijas, según el tipo de tirada que se haga y la índole de la pregunta.
En ocasiones denuncia a la mujer que gasta excesivamente, que le gusta el lujo, el destacar, el figurar, el alternar en ambientes de personas influyentes, el despilfarrar en vestidos lujosos, fiestas de sociedad, viajes, automóvil.